jueves, 19 de julio de 2018

El fantasma de Canterville


En la mansión que perteneció a Lord Canterville habita un fantasma desde tiempo inmemorial. Un ministro estadounidense y su familia la compran y se instalan en ella. El fantasma, acostumbrado a ser temido, se ve impotente ante la vulgaridad y la grosería de la familia norteamericana: ni su célebre carcajada demoníaca, ni sus disfraces más terroríficos consiguen inmutar a los traviesos gemelos «Barras y estrellas», llamados así porque no paran de recibir correcciones. Sólo Virginia, su hermana, tendrá compasión del fantasma.

El mensaje que Oscar Wilde intenta expresar por medio del libro es lo preocupantes que se tornan las estructuras del materialismo propias de los burgueses, representados aquí por la familia Otis, la cual nunca se sorprende por el comportamiento del fantasma. Al contrario, intentan "combatirlo" utilizando distintos productos modernos (detergentes, aceite para cadenas, etc.) y su vida nunca es alterada, a pesar de los reiterados esfuerzos que lleva a cabo el fantasma. Ha sido llevado al cine y el teatro numerosas veces.

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