Una de las creaciones líricas más significativas del siglo XX reinterpretada a través de la inconfundible mirada de uno de nuestros ilustradores contemporáneos más originales.
Los inmortales poemas de García Lorca cobran nueva vida en unas páginas rebosantes de colores y símbolos en cada esquina. Un hermoso ejemplo de cómo dos artistas aparentemente lejanos pueden fundir sus mundos creativos para crear Belleza.
Prendimiento de Antoñito el Camborio en el camino de Sevilla
A Margarita Xirgu |
* * *
El día se va despacio, | |||
la tarde colgada a un hombro, | |||
dando una larga torera | |||
sobre el mar y los arroyos. | |||
Las aceitunas aguardan | |||
la noche de Capricornio, | |||
y una corta brisa, ecuestre, | |||
salta los montes de plomo. | |||
Antonio Torres Heredia, | |||
hijo y nieto de Camborios, | |||
viene sin vara de mimbre | |||
entre los cinco tricornios. |
Antonio, ¿quién eres tú? | |||
Si te llamaras Camborio, | |||
hubieras hecho una fuente | |||
de sangre con cinco chorros. | |||
Ni tú eres hijo de nadie, | |||
ni legítimo Camborio. | |||
¡Se acabaron los gitanos | |||
que iban por el monte solos! | |||
Están los viejos cuchillos | |||
tiritando bajo el polvo. |
A las nueve de la noche | |||
lo llevan al calabozo, | |||
mientras los guardias civiles | |||
beben limonada todos. | |||
Y a las nueve de la noche | |||
le cierran el calabozo, | |||
mientras el cielo reluce | |||
como la grupa de un potro. |
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